¿POR QUÉ OFRENDAMOS?
Todo lo que invertimos en el Reino de Dios nunca se queda sin fruto. Todo dará su fruto porque la fidelidad a YHVH tiene un premio estable y poderoso.
No hay nadie que sea fiel en el Reino de Dios, que no reciba como mínimo el doble de lo que ha dado. Sí tú eres fiel vas a ver la diferencia, te va a ir bien.
El Señor nos anima porque el Cielo ve nuestra fidelidad, y toma nota, porque allí donde ponemos nuestro tesoro está nuestro corazón.